será patafísica en cuanto meta la pata
Despierto del sueño. Hace rato que te has ido. Es más de media tarde y aún no he encontrado la nota que creí verte dejar. He buscado por toda la casa, y nada. Los peces de hielo que sondean mi vaso de té se aburren, se desintegran y me aguan la fiesta y el deseo. Apenas hay sonidos... ni carcajadas, ni susurros, ni teclas de piano con las que tropezar para montar un jaleo. Estamos solos el mundo de Einstein y yo.
Hay que volver a empezar. Quizá con todo.
2 Comments:
A veces cuesta volver a empezar, sobre todo si ello implica volver a la realidad. Con lo bien que se está entre nubes...
Acabo de descubrir tu blog. Me ha encantado lo de Los amantes del círculo polar. Siento una enorme debilidad por esa película. Tiene una sensbilidad muy especial.
Un placer!
Cuesta especialmente si lo que pasó la otra noche (ni aquí ni allí sino en otro sitio apenas recientemente revelado) te hace sentir como una víctima escuchando el "Goodbye Horses" de Q. Lazzarus, cuyo secuestro existe, quizás únicamente, porque sus piernas súbitamente han dejado de poder caminar. Por la angustia y la tristeza: la paraplejia metaemocional.
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